El Reino de Rohan
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 PART 1. Chapter IV.

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Kaileena
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Kaileena


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MensajeTema: PART 1. Chapter IV.   PART 1. Chapter IV. Icon_minitimeDom Jun 07, 2009 1:23 pm

Ahí estaba, frente a la pareja sentada sobre la hierba, tras haber aparecido entre la maleza. Los había estado observando y escuchando un rato y decidió que ya era hora de poner fin a aquella charla que se volvía más confiada por momentos. Los miraba fijamente tomándose su tiempo para examinarlos o eso era lo que parecía, ya que el yelmo negro ocultaba su rostro. Senya y Dark intercambiaron una rápida mirada de asombro y para su sorpresa la armadura tembló levemente, acompañada del chirriar del metal oxidado.
-¡¿Qué están haciendo aquí?! – Senya dio un bote, no se esperaba el bramido que salió del casco, produciendo un leve eco. Frunció el ceño pensativa, esa voz le era familiar…
-¿No eras tú quien estaba causando tanto alboroto en la posada antes?- la figura se estiró cuan alta era, imponente, o eso era lo que él creía. Sin embargo guardó silencio y solo el eco de su respiración les decía que aquel individuo seguía con vida.
-¡Aquí soy yo quien hace las preguntas! – otro bote por parte de Senya, no podía percibir el movimiento de sus labios y siempre la pillaba por sorpresa. En cambio Dark, a su lado, no parecía verse afectado por los gritos aunque su mirada denotaba claramente lo molesto que le resultaba su poca educación. Galan volvió a hablar- ¡¿Qué están haciendo aquí?!
Senya suspiró dándolo por imposible y con voz calmada acompañada de una leve sonrisa contestó- solo observábamos las estrellas.
-Las estrellas… menuda pérdida de tiempo…- con el yelmo en dirección a Senya, parecía no apartar la mirada de ella, ignorando así a Dark, cuya paciencia se iba agotando por momentos. Volvió a repetir- Menuda pérdida de tiempo… se nota que no tienen nada mejor que hacer.
-¿Y tú? – Dark había estallado, ahora se encontraba de pie interponiéndose entre Galan y Senya hablando con evidente enfado – También te veo aquí, cruzado de brazos, sin mejor cosa que hacer que molestarnos.
Galan rió estruendosamente, su risa amplificada por el eco del casco, lo que la volvía aún más molesta si cabe – en eso te equivocas, amiguito… YO! – puso especial énfasis en la palabra- Estoy aquí para vigilar que tiparracos como tú no se aprovechen de una pobre niña inocente…
No había elegido las palabras adecuadas, la cordial sonrisa de Senya había desaparecido y lo miraba con unos fríos ojos ¡Le había llamado niña! Hizo amago de adelantarse para encararlo ofuscada, pero Dark alzó el brazo para detenerla.
-Creo que eres TÚ – imitando a Galan puso énfasis en la palabra – quien la está molestando, pero acepta un consejo, si buscas pelea será mejor que vayas a la posada. Creo ser más diestro que los borrachos. - Esa risa socarrona de nuevo… Dark apretó los puños disimuladamente, estaba llegando a su límite.
-¿Qué eres, la nueva atracción de circo? Los payasos os multiplicáis como parásitos- el tono de voz del bufón se había vuelto más elevado, pero no por ello había disminuido el toque de burla.
-Puedes reír tanto como quieras, pero si sigues así…- habló en un murmullo, colocándose la venda con cuidado tras lo cual sacó el colgante tintineante- …pronto te arrancaré las cuerdas vocales. – Senya lo miró, impresionada por las palabras, no se había dado cuenta de hasta qué punto había llegado su enfado hasta el momento. Después desvió la mirada hacia la venda impulsada a preguntar, pero viendo que no era el momento esperó, pasando la mirada de uno a otro.
Con una sacudida de su mano, la curiosa espada apareció en la mano del joven y la alzó flexionando el codo, expectante - ¿Y bien?- sin embargo Galan apartó la mirada para posarla de nuevo en el cielo. No parecía tener mucho interés en Dark, es más, no tardó en bajarla de nuevo dirigiéndola a Senya una vez más.
-Te comportas así porque hay una dama delante – sonrió aunque los allí presentes no pudieran verlo. No era una pregunta sino una afirmación. A Senya, que le dedicaba una fría mirada, cada vez le ponía más nerviosa la actitud de aquel hombre cuyo rostro no podía ver para hacerse una idea de sus intenciones. Tras un breve silencio, la armadura andante recuperó el habla.
-¿Es para impresionarla o sólo pretendes demostrar algo?
-Cuestión de principios…- aún en posición de ataque, se sentía un poco ridículo, más aun cuando Galan ni siquiera lo estaba mirando. En ese momento, cuando iba a dejar caer la espada, el chirrido de la armadura lo alertó. Galan se había agachado y nada más posar su mano sobre la hierba, esta comenzó a arder dirigiéndose el fuego a gran velocidad entre los árboles.
Había conseguido lo que quería. El fuego había sido distracción suficiente para poder hacerse con Senya a la cual cogió como si de un saco se tratase, pero el joven de ojos vendados había sido más rápido y antes de que pudiese escapar había colocado el filo sobre el cuello del pirómano. Sin embargo, esto no evitó que se diera la vuelta corriendo en dirección contraria. Dark maldijo por lo bajo echando a correr tras ellos, con la espada aun en la mano.
Mientras tanto, Senya, que no había tenido tiempo apenas de reaccionar se revolvía en los brazos de Galan - ¡Suéltame ahora mismo! ¡Que me sueltes! – Si le hubiese hablado a uno de los árboles con los que se cruzaban, seguramente le habrían hecho más caso ya que Galan siguió corriendo ignorando por completo las palabras de la muchacha, sin dignarse si quiera a contestar. Senya rebuscó algo entre la ropa, aunque se le hacía difícil. La empuñadura de la daga oculta bajo el vestido se le escapaba de entre los dedos a causa del movimiento.
-Pues si no lo haces por las buenas… - cuando por fin aferró la daga entre sus manos, dedicó unos instantes a buscar una apertura por donde darle con ella y cuando la encontró, la clavó con todas sus fuerzas-… ¡lo harás por las malas!
Cuando la daga lo alcanzó, Galan se detuvo de golpe dejando caer a Senya al suelo quedando de culo en este mientras el supuesto caballero se rascaba allá donde la daga había sido clavada –maldita sea…- murmuró por lo bajo en el momento en que Dark hizo su aparición saltando de rama en rama, hasta caer frente a Senya a quien tendió la mano para ayudar a levantarse.
-¿Estás bien?- la joven asintió a la vez que se frotaba la zona dolorida. El joven de oscuras ropas giró sobre sus talones para encarar al hombre que no había sido más que una molestia desde su aparición y lo apuntó con la espada. Su mirada hubiera sido desafiante de haberse podido ver a través de la venda, esta vez no lo iba a dejar escapar.
Galan los miraba desde su posición aun rascándose tras la nuca, al parecer había sido ahí donde había impactado el golpe. Con los puños cerrados la armadura dio la impresión de temblar otra vez, esta vez de rabia que se pudo apreciar por el tono de sus palabras- ¡Esto no quedará así!- y con un estallido de humo desapareció de la vista, lo que hizo que Dark tuviera por segunda vez la impresión de quedar como un idiota. Tras refunfuñar por lo bajo palabras inalcanzables a los oídos de Senya volvió a colgarse del cuello el colgante que instantes antes había sido la espada y se giró hacia la muchacha, pero el olor a humo lo había alertado. Giró la cabeza en la dirección en la que las llamas no dejaban de extenderse…
-Oh, no… ¡ese bufón! – cogiendo a Senya de la mano tiró de ella en dirección contraria para alejarla del fuego, y de paso, volver a la posada. Senya, sin embargo, no se movió. Tenía la mirada puesta en el fuego que no hacía más que crecer y crecer a su alrededor…
-¡Senya! Tenemos que salir de aquí, el fuego nos está alcanzando… - el oír su nombre la sacó de su ensimismamiento girando la cabeza lentamente hacia Dark y le sonrió tranquilamente echando a correr hacia el fuego. Él se quedó estático unos instantes, hasta que por fin recobró el movimiento y la siguió, para su sorpresa alarmado y preocupado por la seguridad de la muchacha… ¿Qué le estaba pasando?... Sacudió la cabeza, no era momento de empezar una rencilla consigo mismo.
-¿Pero qué haces? ¡Es por el otro lado! – Por fin Senya se detuvo, con las llamas levantándose majestuosas sobre ellos y giró la cabeza unos instantes para sonreírle de forma tranquilizadora.
-No te preocupes, sé lo que hago…- Dark dudaba mucho que alguien pudiera saber lo que hacía “enfrentándose” a las llamas como, al parecer, Senya tenía pensado hacer. Aún así no la interrumpió quedando al tanto por si su intervención fuera necesaria. Se llevó una sorpresa, cuando la muchacha se quedó inmóvil con los ojos puestos en el fuego y estos se volvieron de un bello color carmesí, tras lo cual las llamas empezaron a disminuir lentamente. Poco a poco las zonas del bosque fueron quedando libres de la amenaza, hasta que el fuego acabó extinguiéndose por completo y los ojos de Senya volvieron a la normalidad. Se llevó una mano a la frente, cansada por el esfuerzo y Dark tuvo los reflejos suficientes para alcanzar a sujetarla cuando se tambaleó peligrosamente, amenazando con caer al suelo.
-¿Estás bien? – la ayudó a incorporarse a la vez que la muchacha asentía.
-No te preocupes, solo necesito descansar un poco.
-Bien, pero será mejor salir de aquí. Vamos, te ayudo. – Y tras esas palabras la ayudó a caminar de vuelta a la posada, dejando atrás la zona del bosque que había quedado totalmente devastada tras la exposición a las llamas.
Caminaron durante un rato en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos sobre lo ocurrido aquella noche. Cuando ya podían distinguirse las luces de la posada, Senya giró la cabeza para poder ver a Dark, aunque la poca luz le dificultaba la vista.
-¿Puedo hacerte una pregunta?- este asintió, a la espera.- ¿Por qué llevas esa venda alrededor de los ojos? Ahora ya puedes ver… ¿no?
Dark giró la cabeza también hacia ella, aunque del mismo modo no podía distinguir bien las facciones de esta. Recordó entonces donde habían sido interrumpidos en el bosque y con un asentimiento empezó por responder a su pregunta.
-Te dije que antes de llegar aquí yo no podía ver ¿Cierto?- sin dar tiempo para responderle continuó – también te he dicho que aún me falta práctica para luchar dejándome guiar por la vista y quise hacerlo como lo había hecho hasta ahora.
-Y aún la llevas… pero ya no estás luchando.-Volvió a asentir a las palabras de Senya antes de continuar.
-Y creo que será mejor mantenerla unos días más.
-¿Por qué? – una vez desatada, saciar su curiosidad no era nada fácil y Dark sonrió de forma imperceptible al comprobarlo.
-No soy un viajero corriente… aunque eso es algo obvio – esta vez su sonrisa se hizo visible para Senya y pasaron al interior de la posada, que para su sorpresa, estaba totalmente vacía. ¿Tan tarde se había hecho? Se preguntaron. En ese momento Dark se llevó una mano a la boca, le había dado una arcada y por sus dedos resbalaba un poco de sangre. “Mucho tardaba” pensó y en ese momento percibió la mirada preocupaba de Senya fija en él.
-¿Qué te pasa?
-Nada… no-ugh.. no es nada…
-¿Cómo no va a ser nada? Es sangre…-Dark hizo un esfuerzo por intentar parecer reconfortante con una sonrisa, retirándose con cuidado la sangre de la comisura de los labios.
-En serio, no te preocupes… sé cuidarme, para algo soy un “cazador”.
-¿Cazador? – lo miró esperando que concretase algo más.
-Si, entidad que se dedica a dar caza a todo aquello que rompa una armonía natural.- Senya negó con la cabeza, sin terminar de entenderlo del todo, no le veía conexión posible.
-Pero… ¿qué tiene que ver con tu sangre? – Dark volvió a sonreírle posando la mano limpia sobre su hombro.
-Eso es algo que no puedo revelar… ahora si me disculpas, he de ir a mi habitación – sentía que las arcadas volverían y no quería estar allí para preocuparla más. Por ello se apresuró a subir a su habitación, dejando a la pobre y confusa Senya sola en el salón.
Cerró la puerta de la habitación con llave una vez estuvo dentro y apoyó la espalda unos instantes sobre la puerta con una mano en la frente y los ojos cerrados. Reprimió un par de veces las ganas de toser, pero una tercera no pudo contenerse, aunque procuró controlar un poco la intensidad de la tos para no alarmar a nadie. Cuando se calmó un poco se acercó a la cama sentándose en el borde de esta y alcanzó el cuenco de pasta para extenderse un poco sobre el pecho. “Me queda poco” Pensó al ver lo que le quedaba y se tumbó en la cama “¿Qué estoy haciendo? Debería centrarme…no es a esto a lo que he venido aquí, cuidar de jovencitas en apuros y enfrentarme a borrachos…” negó levemente con la cabeza suspirando. “¡Oh, callate!” Se espetó en un murmullo a sí mismo tumbándose en la cama, dándose cuenta de lo agotado que estaba, pero los sucesos de aquella tarde lo mantuvieron despierto un rato más y se encontró pensando en la joven… “Si” volvía a hablar consigo mismo “tal vez pueda ser una ayuda valiosa”…




~ôwô~ Kai ~ôwô~
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